BITCH SLAP: El sentimiento de culpabilidad de disfrutar viendo tetas

1. Hace un par de días me pasó algo que no me había ocurrido nunca: me sentí culpable porque me estaba gustando una película. El viejo concepto del guilty pleasure, la vergüenza de reconocer en público que algo ha gustado, vergüenza sentida porque se cree que una obra no está a una altura intelectual o moral digna de ser relacionada con uno, un concepto contra el que siempre he luchado, estaba dentro de mí. Fue viendo Bitch slap (Rick Jacobson, 2009), una película de acción mujeril de tres pechugonas provocando un soberano lío criminal, superfluamente tarantiniano. La película en sí es entretenida y más o menos divertida, pero eso no viene al caso. Lo que viene al caso es su contradicción interna de machismo/feminismo. El segundo se manifiesta, incluso militantemente, en unos personajes femeninos independientes, heroínas de acción que llevan a su terreno el tradicional arquetipo del héroe varonil. El primero, en una abundancia de escenas gratuitas de escotes masivos, tetámenes en primeros planos y a cámara lenta, erotismo lesbiano para el heterosexual y la cumbre del exceso de las muy mal llamadas «peleas de gatitas». De un tiempo a esta parte estoy leyendo muchísimos textos feministas, ideología/metodología muy necesaria, ya que su objetivo es devolver (o dar) la dignidad, alcanzar la igualdad, hacer visible nada menos que a la mitad de los seres humanos, que tradicionalmente han sido considerados inferiores por puro azar de nacimiento. Muy influenciado por esto, reflexiono sobre la costumbre de reducir a la mujer a mero objeto que tienen las expresiones culturales de todo tipo. El cine, por ejemplo. Bitch slap, en este caso, parece sincera en su reivindicación del girl power pero, a la vez, no deja de ser una exploitation masculina que da la misma importancia a las mamellas que a la independencia femenina. Influenciado, como digo, por estas lecturas, las interiorizo y las llevo al extremo y me siento culpable por estar pasándolo bien con algo así. Me planteo insistentemente si la película es feminista (igualitarista) o sexista (machista), y me siento más culpable aún por la posibilidad de que triunfe la segunda opción.

2. Mi actual enfoque de la crítica cultural (sobre todo de cine) es antes político, en sentido amplio, que estético. Estoy convencido de la importancia de exprimir el contenido, directo o indirecto, de cada obra, porque no hay que infravalorar el papel de la cultura no ya como reflejo, sino como conformadora de la realidad (moral, social, política). Quedarse sólo en lo estético es una aproximación no sólo muy parcial sino también potencialmente peligrosa, ya que ignora que la cultura es parte integral, no autónoma, de un sistema como el social. El postmodernismo en todas sus muchas variantes metodológicas, mayoritario hoy, adopta en general este tipo de análisis. El problema es que la fuerza de algunas ideologías/metodologías, en este caso concreto y personal ciertos feminismos, puede llevar al extremo opuesto: sobrevalorar el componente político de la cultura. El marxismo explica muchas cosas importantes, sin ir más lejos la estructura básica de las sociedades humanas, que es la relación entre oprimidos y opresores. Estructura social que rige desde hace apenas unos 10.000 años, una ínfima parte de la historia de la humanidad, pese al innatismo que de ella proclama el liberalismo. Pero el marxismo no puede explicar la cultura, no más allá de sus aspectos económicos. La sociología del arte con enfoque marxista es a veces espectacular, pero la estética marxista suele quedarse coja. Puede llevar a afirmar cosas como las que dice Frederic Jameson en Documentos de cultura, documentos de barbarie, al concebir «la perspectiva política no como un método suplementario, no como un auxiliar optativo de otros métodos interpretativos corrientes hoy -el psicoanalítico o el mítico-crítico, el estilístico, el ético, el estructural-, sino más bien como el horizonte absoluto de toda lectura y toda interpretación». Este enfoque extremo deja de lado algo que existe, y que es importantísimo para la vida humana, como es la experiencia estética. Por mucho que se quiera (y en ocasiones hasta se deba) priorizar la aproximación política, hay una parcela en cada creación más o menos artística que es incomensurable con ella, la de la pura experiencia estética, aunque sea como simple entretenimiento. Esto es algo que ha estado siempre en la base de mi visión de la crítica y que he estado a punto de olvidar. Como dice Deleuze, no hay que confundir «los fines de la cultura» con «el provecho del Estado, la moral y la religión»; aunque, añado, tampoco hay que separarlos.

3. Se puede resumir diciendo que no es cuestión de enfoques absolutizadores (o política, o estética), sino de establecer prioridades o diferencias en los elementos a analizar de una obra, para no ignorar partes esenciales de las creaciones artísticas o pseudo-artísticas. Con estos argumentos ya tengo la base para no sentirme culpable por pasar un buen rato con Bitch slap, y no sólo como película de acción sino también como película sexual, aspecto en el que funciona a pleno rendimiento, algo sorprendente en estos tiempos de cine tan físicamente frío. Aunque es cierto que buena parte de lo que se ve en pantalla, tanto en forma como en fondo, no es muy diferente de los vídeos de Playboy o de Los vigilantes de la playa, no lo es menos que adopta una perspectiva (tal vez equivocada, pero bienintencionada) de liberación de la mujer. Sí, los planos de escotes, los mismos escotes masivos, se pueden entender como una objetificación del cuerpo femenino para disfrute del varón. Pero ¿acaso no es lícito el disfrutar del deseo sexual? ¿No queda atenuada esa objetificación parcial por la fuerte personalidad de los personajes? No hay nada intrínsecamente malo, en sentido moral, en el deseo. Es algo, con perdón, natural. Es cierto que la insistencia en mostrar cuerpos esplendorosos (y además sólo un cierto tipo de cuerpos esplendorosos) puede colaborar en crear una imagen vacía de la mujer, al repetirse una y otra vez en mil expresiones culturales, desde la publicidad a las novelas pasando por el cine. En concreto por el denostado cine de género. Las películas de acción o las películas de terror son las más habitualmente tachadas de misóginas, a menudo con razón. Pero no es menos cierto que es en estos géneros «menores» donde con más fuerza aparecen los arquetipos femeninos poderosos, liberados, autosuficientes, independientes. Una misma obra puede incluso contener ambas tendencias, como aquí. Así que, sí: cosas como Bitch slap ponen su granito de arena para una concepción machista de la mujer. Pero sólo en potencia; también en potencia pueden estar aportando algo a una visión feminista liberadora. Por eso no se puede destruir críticamente una creación artística o pseudoartística de una tacada, hay que aceptar las obras culturales tal y como son, con sus contradicciones, con sus valores políticos y estéticos normalmente entrelazados, pero también independientes. Personalmente, después de pensar todo esto puedo volver a disfrutar sin sentirme mal, sin más implicaciones que las eróticas, como hombre heterosexual, de la contemplación de una mujer, de la misma forma que una mujer heterosexual o un hombre homosexual pueden disfrutar de la contemplación de mí mismo (si tienen muchas dioptrías y falta de liquidez para comprar gafas) o del Duque. Esto no tiene por qué llevar a una comprensión de las relaciones sexuales/amorosas como de dominación. En mi caso, las entiendo de forma absolutamente igualitaria, y esto no es incompatible con el deseo o la lujuria.

4. Por ir terminando: los documentos culturales, las obras de creación, no tienen por qué fomentar desigualdades o intolerancias por sí mismos. Depende de la interpretación que se haga de ellos. Desde el Ministerio de Igualdad se propone un acercamiento crítico a algunos cuentos tradicionales en las escuelas, con el objetivo de contextualizar (y desterrar) las relaciones de sumisión de la mujer que muestran. Pero ni hay que liquidarlos ni prohibirlos ni se prohíben, sino que sirven en algunas de sus partes como contraejemplo, en otras como ejemplo, y al final también, una vez tratado social/políticamente (por el profesor, la profesora, los padres o el niño o la niña por su cuenta, sin saberlo) como experiencia estética. De la misma forma que no se puede deslegitimar toda la filosofía de Nietzsche porque una parte de ella llevara al nazismo. Ni censurar South Park, serie sin duda ofensiva pero también subversiva, provocadora y salvajemente crítica con la estupidez y la ignorancia. Lo que hay que hacer no es primar el pensamiento tolerante o el pensamiento igualitario. Estas perspectivas son el fin, y sólo hasta cierto punto el medio. Serán los pensamientos básicos aceptables si algún día se consigue una sociedad sin grandes desigualdades, en la que todo sea más o menos tolerable. Mientras, y aun cuando se lograra un mundo así, y para lograrlo, el medio, la condición necesaria, es el pensamiento crítico. Un pensamiento crítico que sepa distinguir entre realidad y ficción, que intente entender las relaciones que ambos planos tienen entre sí y, por último, que sea capaz de ver con claridad sus diferencias.

18 comentarios en “BITCH SLAP: El sentimiento de culpabilidad de disfrutar viendo tetas

  1. Me encanta. De verdad que sus reflexiones me encantan… yo no vi la pelicula pero el escote del principio me recuerda al de Tura Satana en Pussy cat kill, kill, kill.

    Pero la serie B es la serie B y no se toma en serio a si misma… más allá del tetamen yo tuve la misma sensación con Death Proof (no esteriotipicas pero muy calientes) peli que sin algunos planos quedaría vacia. En el último articulo tenía miedo de soltarte un rollaco enorme pero ya que te has soltado en este ahí va lo que se me quedó por decir: el problema del feminismo es que peca de puritano, lo bueno es que ciertas activistas queer están empezando a expresar en discurso (no solo en acción) la reivendicación de ser feminista y ser una perra. A mi a veces se me queda grande el discurso de algunas autoras pero también es cierto que se me queda pequeño el feminismo clásico que a veces de anarquista pasa a ser cristiano (Nietzche). Para mi personalmente cambia mucho según el directora y/o la intención de la escena… luego por otro lado van los gustos (aplaudo la de FOLLAME pero no me gusta)y en cuanto al valor estetico no veo porque me tengo que sentir mal (por poner un ejemplo muy claro) si me gustan mas las ültimas pelis de J Watters que las primeras, porque a pesar de el cambio estetico siguen con cierta «esencia»

    Como bien dices se trata del pensamiento critico o la falta de él (puto funcionalismo)y no se sienta mal hombre, que como dijo aquel gran sabio «el nervio del placer no es hombre ni es mujer»

    Ryoko

  2. Acabo de perder todo el tocho que acaba de perpetrar. Que bién… Bueno no es que se hayan perdido nada pero intento recapitular…

    1. No somos pocos que por una educacion o formación determinada reaccionamos automaticamente ante imagenes de sexismo.

    2. No se si lo hacemos por un paternalismo progresista , por simple solidaridad femenista o por que nos entra la sensación de que un determinado autor nos quiere tomar el pelo.

    3.El sexo, la violencia, el sentimentalisto tienen su lugar en cualquier artefacto cultural para míla clave es su pertinencia lo que determina su uso y por supuesto la pertinencia se genera dentro de la narrativa propia o el género en el que se enmarque…

    4.Pero sin embargo independientemente de los usos mas decarnados del sexo, ¿ No es todo el cine de forma mas sutil una continua y ofensivo casting de actores y actrices, sobre todo actrices, estupendas: guapos, de buen ver, buen tipo ( A los gordos y feos siempre les queda algun papel de villano, excentrico o de reparto) ? ¿ Han visto la pelicula From Hell ? ¿ Se han leido el comic ? Ya saben a que me refiero… Desde esta perspectiva hasta el cine porno es mas sincero (en sus intenciones, no en su aspiracion de representacion que no la tiene) que cualquier produccion standard cinematografica ??? Hemos asumido con tanta naturalidad esa suspensión de la credulidad que a veces cuesta reparar en su artificialidad…

    5. Y otro dia a ver si me lanzo con Houllebeq y su Marxismo Sociosexual…

  3. La lástima es no ver la diferencia entre disfrutar mirando tetas naturales bonitas, me refiero a un desnudo, estético, bonito, no soez… y luego, por otro lado, están las tetas globos esféricos o el tema de sacar tetas en pantalla porque sí.
    Yo no lo metería en el mismo saco.

  4. Se me ha olvidado decirte lo de Death Proof, así que otra vez, me parece una batukada de película !! Se puede dar la mano con los anuncios de Axe.

  5. «Mi actual enfoque de la crítica cultural (sobre todo de cine) es antes político, en sentido amplio, que estético»

    Joer… Justo lo contrario de lo que me pasa a mi. Antes me obsesionaba en buscar las connotaciones ideológicas de todo lo que veía/leía. Ahora cada vez me importa menos.

    Sera porque me voy haciendo viejo (o más posmoderno), pero cada vez estoy más seguro de que analizar en términos político/ideológicos una persona o producto acaba produciendo una «versión teórica» muy simplificada (y sesgada) de dicha entidad.

  6. Paolo: lancese hombre, lancese que me he quedado con las ganas de oir lo de Hollebeq…

    Silvya: Yo tampoco metería en el mismo saco los desnudos, el tema es que dependiendo de la intención la cosa cambia mucho; un ejemplo claro sería una drag (que lleva los valores esteticos femeninos al extremo caricaturizandolos)Tampoco estoy de acuerdo en lo de Axe porque lo jodido de esos anuncios es eso, que venden un producto. Death Proof no es buena porque es serie B intencionada, pero la idea original, para las nostalgicos, me parece buena.

    Intramuros: yo también me estaré volviendo post algo pero es que además no se puede escapar a la estética (es una mierda pero es verdad) porque incluso la antiestética es estética.

  7. Ryoko: Muchas gracias, che, en serio. No andas desencaminada con lo de Tura Satana, “Bitch slap” tiene un espíritu bastante parecido al de Russ Meyer, cruzado con la acción pseudo-tarantiniana (o lo que se entiende como tal). Y tienes mucha razón en lo de que hay que tener en cuenta si algo no se toma, al menos en principio, en serio a sí mismo, o más bien si eso se refleja en la obra.
    Y muchas gracias también por las cosas que aportas sobre el feminismo, que llevas muchos más años metida en el ajo y ya habrás pasado por algunas fases en las que yo estoy, que me he metido en serio con todo esto hace relativamente poco. Es verdad que hay feminismos demasiado puritanos, y yo reconozco ser un poco puritano, en parte por elección pero también en parte por educación, que es de lo que intento liberarme. Por eso viene muy bien enfrentarse a estos problemas mediante productos culturales que sirven de apoyo, aunque sea a partir de una peliculilla que no sea gran cosa. Lo de ser una “perra” (jajaja) me parece estupendo, y creo que encaja sin problemas en la mayoría de discursos feministas, porque puede ser ejercicio de libertad independiente de la dominación (como puede serlo al mismo nivel elegir no ser una perra).

    PD: Creo que “Death proof” va mucho más allá de ser una serie B, Tarantino es un tipo inteligentísimo y con muchísimo talento… no hay más que comparar con “Planet terror”, que sí que es una serie B intencionada sin más.

  8. Paolo: Una pena que lo hayas perdido, pero me alegro de que aun así te hayan quedado fuerzas para recapitular! Precisamente por esa reacción automática, por un posible paternalismo o por lo que sea hay que estar siempre alerta (y también hay que saber cuándo se puede bajar la guardia sin peligro). Creo que tienes razón en lo de la pertinencia, pero más que narrativa creo que tendría que ser pertinente a nivel del discurso. Si fuera sólo a nivel narrativo sería aquello de “los desnudos exigidos por el guión”, que me parece que es interesante si se ve más allá del puro nivel narrativo. En ese sentido, el porno sí que parecería más sincero.
    Sobre lo de las actrices y actores estupendas no puedo estar más de acuerdo. De hecho, es una de las primeras cosas que “descubrí” cuando empecé a ver cine críticamente. Y es muy interesante ver que sucede no sólo en el cine más industrial, sino también en el cine europeo más comprometido, que no se corta a la hora de juntar a actrices físicamente espectaculares con actores feúchos.

  9. Silvya: Estoy muy de acuerdo, de hecho batallo contra la «belleza» de la cirugía plástica y odio en particular los pectorales artificiales. Por eso también me ha sorprendido que aquí se consigue sexualidad, aunque también porque en ningún momento se puede decir a ciencia cierta que sean tetas de mentira (aunque sos-pecho -festival del humor- que así es). Si se vieran, creo que habría dejado de funcionar. En todo caso, en la peli esta se consigue una atmósfera bastante física, usa recursos de los vídeos de Playboy pero también del cine más físico de los 70.

  10. Mierda, me he autohypeado y ahora hay gente que tiene ciertas expectativas sobre mis sandeces…

    Pero bueno, resumiendo mal y pronto, Houllebecq viene a decir en su libro Ampliación de Campo de batalla y en otros que aparte de las tensiones y dialecticas de clase socioeconomica, tan y tan estudiadas existen otra dialectica enconada que tiene con la sexualidad como base…

    Al igual que existen desposeidos socioeconomicos existen desposeidos sexuales, subclases, castas desfavorecidas por combinación de diversos factores: status, apariencia, edad, etc… que conforman una especie de proletariado sexual frente a una clase dirigente o satisfecha (Los jovenes y bellos… ) Esto acaba por generar una suerte de estructura y superestructura y por supuesto una jerarquia social que puede ser tan opresiva como la socioeconómica… (Aquí se antojan diversas peliculas que pueden ilustrar el tema: Porkys, American Beauty, American Pie, Happiness, etc…)

    Ciertamente cuando Marx analizaba las neurosis del hombre alegaba razones economicas y dejaba de lado uno de los mayores factores de alienación : la privación sexual. Entiendo yo que ninguna antropologia puede plantearse sin tener en cuenta las pulsiones sexuales. (No soy un gran conocedor de Marx pero recuerdo que siempre se le acusó de ceñir su materialismo a factores económicos )

    La antropología de Houllebecq viene a enriquecer la perspectiva de la dialectica marxista. Una vez que en las sociedades occidentales se ha establecido una clase media extensa y se consolida el individualismo así como la libertad sexual, se establece una feroz división social entre aquellos con acceso a la sexualidad y aquellos que no y encima dentro de una esfera ultraliberal, ultraliberalizada y ultrasexualidad que no hace sino que despertar y estimular los apetitos pero sin la posibilidad de saciarlos en muchos de los casos de una forma natural, civilizada o no remunerada…

    Houllebecq como pesimista redomado no aboga sin embargo por ninguna revolución. El cree más por ejemplo en la desacralización y desromantizacion del sexo y la generalización y aceptación de la prostitución como vehículo para mitigar las neurosis de los frustados… O eso o el surgimiento de culturas opresoras que pongan fin a este sindios…

    Y por que decia yo esto en este post, pues ya no lo se ni yo muy bien pero basicamente me interesa ver como raecciona o encaja el feminismo ante esta visión de la sociedad.

  11. Intramuros: Tienes mucha razón, precisamente es contra lo que intento luchar en este texto, la reducción (y por tanto simplificación) a lo puramente político, en la que he estado cerca de caer. Puede que tú lo hayas dejado algo de lado, pero aun así en tus textos suele haber siempre algún comentario que une las obras con el mundo real. El problema llega cuando se habla simplemente de cine, cuando se hace crítica como si el cine fuese un campo autónomo fuera de todo lo que no sean las pantallas y los textos estrictamente cinematográficos.

  12. Por supuesto que, la conexión con el mundo real es fundamental a la hora de hablar de cine. De hecho, cualquier otra aproximación tendría poco sentido para mi.

    Yo más que nada decía alejarme de lo político en el sentido pensar en cierta película como «marxista» o en tal autor como «neocon», etc. En definitiva, de categorizar ideologica/poliíticamente a lo basto.

    De hecho, en una vuelta de tuerca al tema de la no-categorización, muchas veces me entretengo pensando en las múltiples (y antagónicas) interpretaciones que se le pueden dar a un mismo film. Las posibilidades son tantas como el número de espectadores.

    En ese sentido, hay verdaderos fenómenos «polisémicos», como «300»: algunos la verán como una «mariconada», otros como facha y homófoba, y a nadie se le podría negar su razón.

  13. Paolo: O_o
    Vaya, me he quedado impresionada, ese de Hollebecq no me lo he leido pero he de decir que le pega. Yo no sé como lo encaja el feminismo pero creo recordar que en Lanzarote el protagonista es practicamente “usado” por una pareja de lesbianas por lo que deja claro que es una condición general (no es el tipico Buckowski) Por otro lado, hablando de prostitución uno de los problemas del debate de la ley de Barcelona era precisamente ese, que hay muchas mujeres que no serían contratadas por los burdeles (viejas, desfiguradas, gordas, trans…) por no pertenecer a esa elite deseable (jovenes y guapas) pero que sin embargo en la calle tienen muy buen mercado.

    Borja: Lo de perra viene por este libro (http://lafabricadesquizos.wordpress.com/2009/10/18/devenir-perra-2009/) que es el que tengo más reciente publicado en castellano. Lo del feminismo no sé, supongo que ya no lo veo como un ismo y que me parece flojo si no se mezcla con otras variables comno la clase, la etnia y las identidades sexuales. Mi punto es que cambia mucho la perspectiva del género si no crees en él (como sujeto) y que muchas teorias/realidades cambian si en lugar de verlo desde un punto de vista hetero, homo o bi lo ves desde un punto de vista sexual sin más. El problema es objetivizar cuerpos.
    Concretando (que estoy en el curro) Yo nunca llevo tacones o plataformas (porque no me gustan pero cuando las lleva un hombre veo más politica en esa plataforma que en toda la de IU.

    (Si decides leer el link veras que yo de moralista/puritana también tengo lo mio, y es que nadie se salva de cargar la socialización primaria a la espalda)

  14. Fotre, Paolo, menuda visión del ser humano tiene el Houllebecq. Es buen escritor, pero si defiende sus ideas más allá de la pura ficción da bastante miedo… Está claro que las pulsiones sexuales tienen que ser algo tenido en cuenta (es lo que intento en el texto), pero lo que dice él me recuerda a los panfletos «estanislaístas». Por cierto, podrías aprovechar tu comentario para tu blog, que te ha quedado estupendísimo!

  15. Tienes toda la razón, Intramuros. Yo también estoy en contra de las etiquetas, es otra forma de reduccionismo que hoy por hoy ha invalidado en la práctica las ideologías. Aquí por ejemplo hablo de marxismo o de feminismo, pero porque los propios autores se consideran con claridad (a veces de forma obsesiva) como tales. Y sí que es interesante lo que dices de la «polisemia», bien mirado es un poco lo que hago aquí con «Bitch slap».

  16. Ryoko: Supongo que se puede entender como lo que decía en el comentario anterior, que las categorizaciones, aunque puedan ser útiles, no dejan de falsear y entrampar la realidad. Y si son útiles creo que lo pueden ser, como dices, si se mezclan con otras variables.

    PD: Buena pinta tiene el libro!

  17. Si. Ya me fijé que tu crítica de «Bitch Slap» tiene esa orientación «multilateral», que da una visión realmente rica del concepto de la película.

    Lo triste es que en la crítica mainstream estas cosas se vean con muy poca frecuencia.

  18. Pingback: A la salvación por el cine de género | El Ansia

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