INNOCENCE: Fragmentos femeninos de una utopía educativa

Una característica de las utopías es que dedican gran importancia a la educación. No sólo a la de los niños y adolescentes, sino a una educación (o adoctrinamiento) constante durante toda la vida. Otra característica de las utopías suele ser su atmósfera, siempre en una gran tensión entre la racionalidad máxima, casi científica, y la sensación inevitable de alucinación o ensueño que provocan, tan propia de la ingesta de drogas como del cuento fantasioso. Innocence (Lucile Hadzihalilovic, 2004) tiene todo eso. Retrata estáticamente una misteriosa escuela para niñas en medio de un bosque, con un nivel tan fuerte de simbolismo (no en vano se inspira en un libro de Wedekind) que se puede interpretar como una alegoría sobre la infancia y el paso a la adolescencia, y con él el cansino tema del despertar sexual. Pero otra interpretación, validada por la secuencia final, y que en todo caso no anula la otra y se sirve de su profundo simbolismo, es entenderla como una parte de una hipotética utopía que se desarrolla en un mundo paralelo al nuestro, la parte que corresponde a la educación de las niñas. Como toda utopía, se origina en la realidad, para intentar proponer un sistema mejor o para mostrar indirectamente las miserias de la verdadera sociedad contemporánea, las presentes y las futuras a las que se aboca. Hadzihalilovic trabaja con elementos de la auténtica educación femenina a la que son sometidas las niñas desde el siglo XIX, basada en una interpretación superficial que del clasicismo hace el Romanticismo: culto a la feminidad, creando comunidades de «hermanas/madres» con códigos diferentes a los masculinos, pero que cabe imaginar que se compenetran con ellos, completándose mutuamente; desarrollo de la expresión artística, siempre dirigida, aquí representada por el ballet; cuerpo y superficie como todo lo que es y será la mujer en ciernes, con la exaltación de la belleza y del color como máxima capacidad de ser; temor curioso por el sexo y por los hombres; machacamiento de todo espíritu crítico, enseñando sutilmente lo que pasa si una piensa por sí misma y se rebela (quien intenta escapar muere o es borrada de la memoria oficial), o si respeta las normas, premiando a veces a las mejor asimiladas o a las más bellas y expresivas. El propio sistema se contradice cayendo en injusticias («si yo me he esforzado más, ¿por qué no me premian?»), pero no son cuestionadas y, si lo son, reciben el castigo.

Lo más inquietante de todo esto es que en la película nunca queda claro si es una utopía o una distopía. Sí, las niñas, y posiblemente toda la sociedad, son privadas de libertad y su individualidad queda anulada; pero esta es sustituida por el juego, por la amistad incondicional, por la posibilidad de expresarse y sentirse útil. La mayoría de las niñas se ven felices la mayor parte del tiempo, y los sentimientos y situaciones de injusticia parecen corresponder a unos mínimos inevitables en toda organización social. ¿Por qué sucede esto? Todo pasa en la dimensión corporal de la vida humana, como indica el subtítulo de la novella de Wedekind (La educación corporal de las jovencitas). El cuerpo es muy fácil de satisfacer; lo que se cuenta en Innocence es algo similar a Un mundo feliz, sólo que la vulgaridad de la vida allí descrita aquí es una elegancia de lo más aparente, disfrazada de altas metas. No se limita a lo corporal puro, sino que es una utopía basada en un cuerpo concreto, creado por una sociedad. La mezcla de lo natural con lo artificial, y su casi perfecta satisfacción de las necesidades que conlleva, apela al ser humano en conjunto. Y lo hace estéticamente, admitiendo que una vida bella es una vida plena. Una vida que se ajusta a unos cánones de belleza en una sociedad que da todas las facilidades para alcanzarlos. ¿Esa conclusión es la de una utopía o la de una distopía?

8 comentarios en “INNOCENCE: Fragmentos femeninos de una utopía educativa

  1. Bueno, acabo de descubrir este articulo (el otro dia no me dio tiempo…) y como la peli tiene buena pinta confieso que no voy a leerte hasta que me la haya tragado enterita.
    (Gracias por servirme de referencia)

  2. Yo he intentado encontrarla pero hasta ahora no he dado con un link válido…

    No sé porque me ha recordado al libro «Never let me go» que por cierto tiene adaptación cinematográfica en ciernes…

  3. Aquí hay enlaces a un .torrent que creo que es bueno (o por eMule, buscando la versión de FizzTag):
    http://torrentz.com/b686740980621ada2604b33ab34e851079f661ef
    Teniendo en cuenta que la peli dura 115 minutos y el archivo ocupa 698Mb, la calidad es mejorable, pero es bastante aceptable. Subtítulos tienes aquí: http://www.subdivx.com/X6XMjk0ODU8X-innocence-2004.html

    No conocía el libro (ni la adaptación en ciernes) de «Never let me go», pero parece que sí tienen cosas en común. ¡Estaremos atentos!

  4. (Si alguien no la ha visto y quiere verla que no lea esto!)

    Distopia sin lugar a dudas con bukake final…

    Tenía mucha curiosidad por verla por la autora (esposa de Gaspar Noe, un perverso amigable) … pero yo me pregunto ¿donde estan los padres? si nacemos muertas…¿es la feminidad aprendida la que nos hace personas?… El agua es una constante ¿cual Ofelia o cual rio (cambio constante)? Luego el mito de las solteronas, que trabajan para las nuevas generaciones sin poder cambiar absolutamente nada… ¿quién las castiga? sociedad, estado, Cosmopolitan? Por último las niñas mueren en el anfiteatro en el último baile cual mariposas efimeras (desde luego los simbolismos son los de siempre) antes de ser liberadas. Y luego la frase de la profesora de ballet que era algo así como «no os acordareís de nosotras» para mi ahí debería terminar todo.

    Yo me sentí descolocada y ante algo muy postmoderno y decadente. Curiosamente no me identifiqué nada con ninguna de las feminas (a pesar de ser profesora de ballet y sufriente de esas cosas buenas y malas como tú bien apuntas) porque realmente creo que a esas viejas amargadas que las servían nadie las castiga, son ellas mismas las que se autofragelan por no haber encajado en el canon.
    Por cierto no tengo ni idea de como lo presenta la autora o que tipo de pretensiones tiene…

  5. Precisamente creo que la ambigüedad es su principal mérito, tanto en las intenciones (¿inocente o decadente?) como en los agujeros narrativos. Invita a especular, y lo que hay da mucho juego: a mí me hizo plantearme unas preguntas y a ti te ha hecho plantearte otras, todas son coherentes con la peli. Es verdad que los simbolismos son un poco obvios, pero funcionan y no chirrían demasiado.

    ¡Eso sí!, discrepo en lo del final, a mí sí me gustó y creo que es uno de esos finales que dan muchas más posibilidades de significación a todo lo anterior. A mí me rebajó el tono alegórico y aumentó el utópico, o sea, que gracias a él se entiende más como sistema social, y hasta humanista, que como símbolo.

    Por cierto, he conseguido (en inglés) la novelita en la que se basa, y otra adaptación que se hizo el mismo año o el siguiente. Ya comentaré algo…

  6. jajajaja que violenta soy! Acabo de releer loq ue escribí y bueno, la verdad es que no sale por ningun lado lo de que me gustó mucho. Estoy totalmente de acuerdo con tu primer parrafo, incluso la dedicatoria de la peli (a Gaspar) es provocadora y ambigua.

    El final para mi no cambía demasiado (es bonito y prou, y muy manga)
    Ya me cuentas del libro… ¿por cierto has visto Sin Piedad?

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